sábado, 30 de octubre de 2010

FE Y BUENAS OBRAS


Hermanos míos, ¿de qué puede servir que alguien diga que tiene fe si no hace el bien? ¿Lo podrá salvar esa clase de fe? Supongamos que un hermano tiene necesidad de vestido o comida. Llega uno de ustedes y le dice: ¡Que Dios lo bendiga, abríguense y aliméntese! Sin embargo, si no le da lo que realmente necesita en ese momento, ¿de qué sirve? De la misma manera, si la fe no está acompañada de hechos, así sola está muerta. Pero alguien puede decir: Unos tiene fe, otros hacen buenas obras. Mi respuesta es que tú no puedes demostrarme que tienes fe si no haces nada. En cambio, yo te demuestro mi fe con las buenas obras que hago. ¿Crees que hay un solo Dios? ¡Que bien! Pero los demonios también creen que hay un solo Dios y tiemblan de miedo. No seas tonto, la fe sin hechos no sirve para nada. ¿Sabes por qué? Nuestro antepasado Abraham consiguió la aprobación de Dios por medio de sus hechos cuando ofreció a su hijo Isaac en el altar. Ahora puedes ver que al fe de Abraham libra de la mano con sus hecho. Su fe se perfecciono con el bien que hizo. Es así como se cumplió lo que dicen las Escrituras. Abraham creyó a Dios, quien tomo en cuenta la fe de Abraham y lo aprobó. Por esa razón, Abraham fue llamado amigo de Dios. Como puedes ver, Dios aprueba un hombre no solamente por la fe que tenga, sino también por lo que haga. Otro ejemplo es Rahab, la prostituta. Fue aprobada por Dios por lo que hizo cuando recibió a los mensajeros de Dios en su casa y luego los ayudo a escapar por otro camino. De manera que así como un cuerpo que no tiene espíritu está muerto, así también una fe que no tienes hechos está muerta.