La Disciplina de la Oración
Para que el discípulo del Señor Jesucristo crezca, es indispensable que desarrolle una vida de relación cercana, profunda y emocionante con su Dios. Un cristiano tiene una vida pública y una vida privada. ¡Lo que pasa en lo secreto es determinante sobre su vida publica! El discípulo del Señor Jesucristo es exactamente eso - uno quien está siendo discipulado; es decir uno quien está siendo enseñado, entrenado y capacitado para ejercitar una vida exitosa y fructífera sobre la tierra. Si vamos a reflejar la gloria de Dios en nuestra vida, tenemos que aprender del Maestro, y el aprendizaje comienza por el estar con El; en Su presencia, a Sus pies, a solas con El, cada día.
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